
Enrique Barrero Rodríguez (Sevilla, 1969) es un poeta digno. He leído tres libros suyos, y sobre ellos puedo opinar y comentar.
Por orden de lectura, debo indicar que Poética Elemental (Renacimiento, Sevilla, 2002) es el primer libro que terminé. Y para mí el mejor, con gran diferencia. Ha publicado media docena de poemarios, guardando una línea y un estilo. Mantiene un tono personal, con ritmo medido. Trabaja los versos y los cuida. Digna y cuidada podrían ser las definiciones de su obra.
Fe de Vida (Ángaro, Sevilla,2007) es un poemario circunstancial. Escrito por un motivo concreto. Sus versos mantienen el trabajo, son uniformes. De buena lectura y fácil comprensión. A veces descriptivos a veces interiores.
Liturgia de la voz abandonada (Los Cuadernos de Sandua, Córdoba, 2009) es una colección de sonetos muy bien construídos. De marcado tono religioso. El autor se desnuda en ocasiones al lector con su palabra.
Y me centro en Poética Elemental. Tres capítulos bien diferenciados. El primero a la creación (sublime), el segundo a la muerte, y el tercero al tiempo.
Me han gustado mucho los poemas “Palabras para un joven poeta”, “El hombre y su máquina”, “Asilo” y “Sergio a muerto de pronto”.
Buena poesía, bien trabajada y mejor realizada. Tan sólo debo indicar que a veces está falta de garra, y de chispa. Esa chispa que se consigue en los cierres de los poemas.
Por orden de lectura, debo indicar que Poética Elemental (Renacimiento, Sevilla, 2002) es el primer libro que terminé. Y para mí el mejor, con gran diferencia. Ha publicado media docena de poemarios, guardando una línea y un estilo. Mantiene un tono personal, con ritmo medido. Trabaja los versos y los cuida. Digna y cuidada podrían ser las definiciones de su obra.
Fe de Vida (Ángaro, Sevilla,2007) es un poemario circunstancial. Escrito por un motivo concreto. Sus versos mantienen el trabajo, son uniformes. De buena lectura y fácil comprensión. A veces descriptivos a veces interiores.
Liturgia de la voz abandonada (Los Cuadernos de Sandua, Córdoba, 2009) es una colección de sonetos muy bien construídos. De marcado tono religioso. El autor se desnuda en ocasiones al lector con su palabra.
Y me centro en Poética Elemental. Tres capítulos bien diferenciados. El primero a la creación (sublime), el segundo a la muerte, y el tercero al tiempo.
Me han gustado mucho los poemas “Palabras para un joven poeta”, “El hombre y su máquina”, “Asilo” y “Sergio a muerto de pronto”.
Buena poesía, bien trabajada y mejor realizada. Tan sólo debo indicar que a veces está falta de garra, y de chispa. Esa chispa que se consigue en los cierres de los poemas.